La otra cita con la que antes solía guiar mi vida es de John Lennon.
‘’Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja. Que nuestra vida únicamente cobra sentido cuando encontramos la otra mitad. Lo que no nos contaron es que ya nacemos enteros. Que nadie en la vida merecer cargar a las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta.’’
Con esta cita, después de mi estancia en Kenia, durante 3 meses con una mochila y completamente sola, no puedo estar más de acuerdo. Ahora mismo pienso que podría morirme sin encontrar al "amor de mi vida" como estaba establecido, porque creo que ya lo he encontrado aquí en África, y soy yo misma. La única persona a la que vas a tener que aguantar el resto de tu vida contra viento y marea eres tú. No necesitamos a un alma gemela para lograr nuestros objetivos o para ser feliz en la vida. Contigo tienes más que suficiente, siempre y cuando sepas exprimir tu potencial.
Por supuesto que no quiero vivir sola toda mi vida, aunque debo respetar a quienes, por el contrario, sí lo pretendan. Pero ojalá encuentre a alguien con quien compartir mi vida, mejorarla y formar una familia, simplemente quería resaltar que no es estrictamente necesario que esto suceda así para estar ‘’completo/a’’. Que vivimos siempre con la presión de tener que contar con alguien que nos apoye cuando estemos mal, que nos cuide, que nos ofrezca amor y compañía, que nos de seguridad. Eso es a lo que me refiero. No necesitamos a nadie que nos cubra las espaldas, porque lo que tenemos que hacer cuando estemos mal es aprender a vivir con ello y buscar por nosotros mismos las herramientas para combatirlo, que nos podemos cuidar nosotras mismas, buscar amor en los que nos rodean, y sobre todo, en nosotras mismas. Querernos es lo más básico. Es esencial. Y sabemos que, si no lo hacemos nosotros, estamos cerrando las puertas para que nadie más lo haga. La compañía es quizás lo más fácil del mundo, simplemente es necesario querer estar acompañado. Las sonrisas atraen a las personas, incluso sin conocerlas. Si vas por la vida poniendo mala cara a todo el mundo, solo encontrarás soledad. Solo si quieres estar solo o sola, lo estarás.
En conclusión, no necesitamos que nadie aparezca en nuestras vidas para mejorarlas, porque para eso estamos nosotros. Nadie nos conoce mejor que nosotros mismos, y eso es una ventaja con la que absolutamente nadie puede jugar. Aprovechémonos más, preguntémonos qué estamos haciendo aquí realmente, qué queremos hacer, que huella queremos dejar (si es que queremos dejar alguna, que no tiene por qué) y si realmente estamos siendo nosotros mismos y actuando en consecuencia a lo que somos y queremos ser. No necesitamos a nadie para completarnos, somos naranjas enteras.
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