Tenemos tanto que aprender y tanto que enseñar que no se puede meter en una lista. Me encantaría acotar las posibilidades para después, llevarlas a cabo. Sin embargo, me veo limitada por la cantidad de gente que aún no ha despertado y sigue viviendo en un sinfín de riquezas innecesarias, de un interminable consumismo y derroches.
APRENDER Y ENSEÑAR
Son dos palabras que todo ser humano debería tener siempre presentes. Son dos verbos que siempre saben a poco, que nunca terminan y a veces se infravaloran. Aprender de uno mismo, de los demás, individual o colectivamente, del presente o del pasado. Aprender ahora. Aprender a vivir el momento y cada momento como si no hubiese uno próximo. Aprender de aquellos que desbordan conocimiento, pero también de aquellos que exhiben ignorancia. Se aprende queriendo aprender, con la mente, los ojos y el corazón abierto. Porque el aprendizaje ocupa un gran lugar en nuestra existencia, y si nos cerramos a ello, nunca entenderemos el verdadero significado de nuestra naturaleza.
Pero, ¿Y qué pasa con todo el aprendizaje adquirido que guardamos inútilmente? Cuando nuestra capacidad de aprendizaje y almacenamiento roza sus límites, debemos ser exquisitos con el aprendizaje que queremos almacenar y el que no. No se puede llenar algo que ya está completo. Así que, para ello, debemos desaprender de algunas cosas, deshacernos de algunos conocimientos para dejar espacio a los nuevos. Y una forma muy eficaz de hacerlo, es siempre enseñando. Enseñando aspectos del presente o del pasado. Deshacernos de esos aprendizajes tan olvidados en la memoria y prestárselos a otra persona que les pueda dar mayor utilidad. Se puede enseñar a leer, a escribir, matemáticas o historia, pero también se debe enseñar ahora a vivir el momento, y a vivir cada momento como si fuese el último, por muy utópico que esto pueda parecer. Enseñarse a uno mismo, a los demás, enseñar individual y colectivamente. Enseñar siempre lo que hemos aprendido, generando así un inacabable ciclo de sabiduría contagiosa, altruista y, sobre todo siempre pedagógica.
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